lunes, 16 de noviembre de 2009

Sociedad del Conocimiento.


La noción de sociedad del conocimiento fue utilizada por primera vez en 1969 por un autor austríaco de literatura relacionada con el "management" o gestión, llamado Peter Drucker, y en el decenio de 1990 fue profundizada en una serie de estudios detallados publicados por investigadores como Robin Mansel o Nico Stehr.

Las sociedades de la información surgen de la implantación de las tecnologías de información y comunicación (TIC) sobre una comunidad. La eficacia de esta tecnología que actúa sobre elementos tan básicos de la persona como son el habla, el recuerdo o el estudio, modifica en muchos sentidos la forma en la que es posible desarrollar muchas actividades propias de la sociedad moderna.
Sin embargo, la información no es lo mismo que el conocimiento. La información se compone de hechos y sucesos, mientras que el conocimiento se define como la interpretación de dichos hechos dentro de un contexto, y posiblemente con alguna finalidad.

La UNESCO, en particular, ha adoptado el término “sociedad del conocimiento”, o su variante “sociedades del saber”, dentro de sus políticas institucionales. Ha desarrollado una reflexión en torno al tema, que busca incorporar una concepción más integral, no en relación únicamente con la dimensión económica. Por ejemplo, Abdul Waheed Khan (subdirector general de la UNESCO para la Comunicación y la Información), escribe: El concepto de “sociedad de la información”, está relacionado con la idea de la “innovación tecnológica”, mientras que el concepto de “sociedades del conocimiento” incluye una dimensión de transformación social, cultural, económica, política e institucional, así como una perspectiva más pluralista y desarrolladora. El concepto de “sociedades del conocimiento” es preferible al de la “sociedad de la información” ya que expresa mejor la complejidad y el dinamismo de los cambios que se están dando. (...) el conocimiento en cuestión no sólo es importante para el crecimiento económico sino también para empoderar y desarrollar todos los sectores de la sociedad”.
La noción de “saberes” implica certezas más precisas o prácticas, mientras que conocimiento abarca una comprensión más global o analítica. André Gorz considera que los conocimientos se refieren a “contenidos formalizados, objetivados, que no pueden, por definición, pertenecer a las personas... El saber está hecho de experiencias y de prácticas que se volvieron evidencias intuitivas y costumbres”. Para Gorz, la “inteligencia” cubre toda la gama de capacidades que permite combinar saberes con conocimientos.

En 1974, Peter Drucker escribió su libro La sociedad post-capitalista, en el que destacaba la necesidad de generar una teoría económica que colocara al conocimiento en el centro de la producción de riqueza.
Al mismo tiempo, señalaba que lo más importante no era la cantidad de conocimiento, sino su productividad. En este sentido, reclamaba para una futura sociedad, para una sociedad de la información en la que el recurso básico sería el saber, que la voluntad de aplicar conocimiento para generar más conocimiento debía basarse en un elevado esfuerzo de sistematización y organización.

Así pues, el discurso de Peter Drucker, al combinar la sociedad del conocimiento y el concepto de Global Shopping Center (el "centro comercial global"), trata de explicar refiere al desarrollo de las empresas de talla mundial y el auge de las industrias.

La sociedad de conocimiento se caracteriza porque el conocimiento es el principal componente de cualquier actividad, ya sea económica, social o cultural. De forma que el conocimiento/información se convierte en el principal recurso y en el principal producto de la actividad económica. Es cierto que el conocimiento ha estado siempre presente en la economía y la sociedad. Fue fundamental para levantar las pirámides o para cruzar el Atlántico. Pero en la actualidad existen factores que han multiplicado su importancia. Así por ejemplo las nuevas tecnologías han eliminado las barreras geográficas y ampliado las posibilidades de compartir, almacenar y recuperar el conocimiento. Además el conocimiento se ha convertido en el principal capital de las empresas, y su adquisición y conservación un aspecto básico en su estrategia y para su supervivencia. Y no estamos hablando necesariamente de empresas tecnológicas como Microsoft, Google, Apple o Nokia. Es evidente la importancia del conocimiento en el proceso de creación de valor de estas empresas, pero no debemos caer en el error de asociar siempre conocimiento con las empresas de tecnología de la información y comunicación (TIC), ni siquiera con empresas de una importante base tecnológica. Otras empresas como Inditex o Gucci por ejemplo tienen en el conocimiento su principal activo. En ambos casos su capacidad para ganar dinero viene determinada por su conocimiento de los gustos del público, de los métodos más adecuados de producción, almacenamiento, distribución y marketing, por la creatividad de sus diseñadores y el conocimiento de los mejores proveedores. De los 24.000 millones de euros que hoy vale en bolsa Inditex, no creo que ni siquiera 5.000 se deban al valor de sus activos tangibles o la dificultad de sustituirlos. Lo que el mercado en realidad está reconociendo es su “saber hacer”, un concepto un poco más amplio que el de tecnología, pero que determina su capacidad para ganar dinero en el mercado.
La sociedad del conocimiento se caracteriza por la aplicación intensiva del saber en todos los órdenes de la vida social y productiva. Es aquella en la cual el principal valor para el desarrollo socio-económico es el trabajo de la gente a partir de su conocimiento. Nos referimos, por ejemplo, a las personas que crean y diseñan, a los investigadores, a los innovadores y a los inventores, a los programadores y a los que generan contenidos, a los educadores y a los consultores, a los que hacen leyes y a los que trabajan en la seguridad, a los que inventan nuevas formas de almacenamiento, procesamiento y transmisión de información.

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